
Otro desafío a nivel de la organización completa es el de mantener la cohesión como un sistema funcional. En efecto, en entornos donde las organizaciones están cada vez más dispersas geográficamente y los equipos de trabajo se crean y disuelven con frecuencia, mantener el sentido de pertenencia de todos los miembros será un desafío clave. Esto no será fácil, ya que a medida que las estructuras se vuelven más flexibles, los colaboradores tendrán vínculos sociales cambiantes, reduciendo la frecuencia de interacciones sostenidas con las mismas personas, lo cual podría disolver la sensación de pertenecer a un grupo humano.
Debido a lo anterior, desarrollar mecanismos para fomentar el sentido de pertenencia será una capacidad clave para que las organizaciones estén alineadas en el largo plazo. La pregunta central será: ¿Cómo puedo hacer que todos sientan que pertenecen a esta organización y que los apoyamos? Para afrontar este desafío, las empresas deberán establecer sistemas y procesos que fortalezcan las conexiones entre equipos, crear espacios de interacción significativa y diseñar rituales que refuercen la cultura organizacional, independientemente de la modalidad de trabajo. La clave estará en cultivar una cultura de confianza, es decir, la percepción compartida de que el resto de los equipos actuarán con competencia y en pos de la organización completa. En efecto, sin confianza, es difícil que se mantenga un sentido de pertenencia a largo plazo.
En un sentido similar, la pérdida de vínculos sociales permanentes puede derivar en un fenómeno preocupante: la soledad. Esta se está convirtiendo en un factor que afecta directamente el rendimiento y el compromiso de los trabajadores (Gartner, 2025). Sus consecuencias no se limitan al plano emocional; tienen un impacto organizacional concreto, especialmente en términos de rotación y productividad. Según un estudio de Harvard Business Review, los empleados que sienten que pertenecen a su organización presentan un 56% mejor desempeño, tienen un 50% menos de probabilidades de renunciar y solicitan un 75% menos de días de ausencia (Harvard Business Review, 2019). Así, considerando el tiempo que requiere inducir y capacitar a un nuevo colaborador hasta que alcance niveles productivos, y el costo de su reemplazo, fomentar el sentido de pertenencia se volverá un desafío clave de productividad.
Debido a su importancia, este desafío se conversó en las siguientes mesas de trabajo:
Mesa 1: Experto en AI o Nada
Los líderes imaginaron un futuro donde las interacciones humanas se reducen debido a la automatización. En este escenario, se vuelve clave diseñar prácticas y rituales que fomenten la pertenencia y la construcción de comunidad, incluso en entornos con menos contacto personal directo.
Mesa 8: Un mundo ‘GIG’
En este escenario, los trabajadores se integran temporalmente en diversas organizaciones, diluyendo el sentido tradicional de «mi empresa» y «mis compañeros». Los líderes destacaron que las empresas deberán crear entornos que faciliten la rápida integración de estos trabajadores y promuevan lazos que fortalezcan el compromiso, aun cuando los equipos cambien constantemente.
Desafío 1: Aprovechar la asociatividad empresarial para producir soluciones comunes
Desafío 2: Desarrollar plasticidad para ajustar estructura y headcount
Desafío 3: Estructurar sistemas y procesos que garanticen el sentido de pertenencia
Desafío 4: Implementar prácticas para conservar la cohesión entre los equipos de trabajo
Desafío 5: Crear condiciones para maximizar la cooperación al interior de los equipos de trabajo
Desafío 6: Formar equipos heterogéneos para enfrentar un mundo impredecible
Desafío 7: Diseñar un employee journey que sea no lineal
Desafío 8: Abordar hoy la brecha futura de líderes
Desafío 9: Valorización de las habilidades relacionales
Desafío 10: Construir una nueva propuesta de valor hacia los trabajadores