
El último desafío presentando en este proyecto es uno de los más relevantes para el éxito organizacional en el futuro. Más allá de responder a consideraciones éticas o tendencias sociales, priorizar el bienestar, el propósito y la motivación de los colaboradores se convertirá en un imperativo estratégico para las empresas que deseen mantenerse competitivas en entornos complejos y cambiantes.
A medida que cambian las motivaciones y expectativas de las personas respecto al trabajo, las organizaciones deberán repensar a fondo el valor que ofrecen a quienes las integran por varios motivos.
Primero, en un mundo donde el valor del trabajo humano provendrá -probablemente-, en gran parte, de su capacidad para generar vínculos significativos y evocar confianza, el bienestar emocional y mental de los colaboradores ya no será un «nice to have», sino un componente clave de la productividad organizacional. El estado emocional de los empleados influirá directamente en su desempeño, en su capacidad para interactuar con clientes y compañeros, y en su habilidad para cooperar en entornos laborales altamente dinámicos. Por esta razón, en el futuro, es probable que el bienestar de los colaboradores pase a ser un KPI estratégico, medido regularmente por las áreas de gestión con la misma rigurosidad con que hoy se monitorean las ventas, la productividad o el cumplimiento de objetivos financieros.
La relación entre el bienestar de los colaboradores y los resultados de las organizaciones, ya comienza a manifestarse con claridad en el presente. Un estudio realizado por Oxford y Harvard, reveló que el bienestar en el lugar de trabajo es un indicador adelantado del rendimiento financiero de las empresas. Específicamente, el valor de mercado de las 100 compañías que lideran en indicadores de bienestar ha crecido significativamente más que el de sus competidores . (De Neve, Kaats & Ward, 2023).
El segundo motivo para poner el valor de los colaboradores en el centro, será la posible manifestación de escenarios futuros, donde atraer y retener talento se vuelva cada vez más difícil. Según un estudio de Atlassian y PwC, el 78% de los empleados considera que para permanecer en su trabajo es esencial contar con un entorno laboral que promueva su bienestar personal (Atlassian, 2021). Esta tendencia podría volverse aún más crítica en contextos donde las personas tendrán más opciones, e incluso la posibilidad real de no trabajar.
La tercera razón para avanzar hacia una nueva propuesta de valor hacia los trabajadores es su impacto directo en la adaptabilidad organizacional. Cuando los colaboradores están verdaderamente comprometidos, muestran una mayor disposición para cooperar y una mayor flexibilidad para moverse entre equipos según las necesidades del entorno. En otras palabras, un entorno que cuida el estado emocional de las personas y les ofrece una razón clara para formar parte de la organización, fortalece su capacidad de respuesta y mejora su capacidad adaptativa.
Este último desafío fue discutido en varias de las mesas de trabajo:
Mesa 6: Una semana de 20 horas
Los participantes anticiparon que la reducción significativa de la jornada laboral podría generar una crisis de sentido en las personas, llevándolas a cuestionar su propósito personal y profesional. Las empresas que logren dar respuesta a esta necesidad tendrán mayores probabilidades de atraer y retener talento.
Mesa 7: Disolución de la pirámide corporativa
En este escenario, los líderes destacaron que la incertidumbre constante respecto a la permanencia en los puestos de trabajo, sumada a una mayor presión por aprender y adaptarse, podría generar altos niveles de frustración y ansiedad. La gestión del bienestar será clave para evitar que estas emociones impacten negativamente en la productividad y el clima laboral.
Mesa 8: Un mundo GIG
Los participantes proyectaron que, en un entorno de trabajo fragmentado y basado en proyectos, la cultura organizacional positiva se convertirá en una herramienta diferenciadora para atraer talento.
Desafío 1: Aprovechar la asociatividad empresarial para producir soluciones comunes
Desafío 2: Desarrollar plasticidad para ajustar estructura y headcount
Desafío 3: Estructurar sistemas y procesos que garanticen el sentido de pertenencia
Desafío 4: Implementar prácticas para conservar la cohesión entre los equipos de trabajo
Desafío 5: Crear condiciones para maximizar la cooperación al interior de los equipos de trabajo
Desafío 6: Formar equipos heterogéneos para enfrentar un mundo impredecible
Desafío 7: Diseñar un employee journey que sea no lineal
Desafío 8: Abordar hoy la brecha futura de líderes
Desafío 9: Valorización de las habilidades relacionales
Desafío 10: Construir una nueva propuesta de valor hacia los trabajadores