Asociado también a la aceleración de las tecnologías digitales, la cantidad de datos ha crecido exponencialmente en los últimos años. Esta explosión de información ha creado una oportunidad significativa para que las organizaciones utilicen estos datos para optimizar sus operaciones y mejorar la toma de decisiones estratégicas. En efecto, las empresas que han logrado implementar una estrategia de datos bien definida han obtenido importantes beneficios.
Más particularmente, el análisis de datos potenciado por IA ha permitido que las organizaciones identifiquen patrones ocultos, descubran ineficiencias y optimicen sus procesos de forma más precisa (Deloitte, 2024). Por ello, un número creciente de empresas está utilizando la IA para evaluar sus indicadores clave de rendimiento (KPIs) y para redefinirlos.
Según una encuesta realizada recientemente por MIT Sloan, el 34% de las organizaciones ya emplean la IA para crear nuevos KPIs (MIT Sloan Management Review, 2024). Además, este estudio revela marcados beneficios del uso de la IA en la creación, medición y evaluación de los KPIs, tal como detalla el siguiente esquema:

Fuente: MIT Sloan Management Review, 2024.
Esta tendencia refleja un cambio clave en la toma de decisiones empresariales, donde los datos y la IA se están convirtiendo en elementos fundamentales para que las organizaciones prosperen en un entorno cada vez más dinámico y competitivo. El verdadero potencial de la IA en este contexto radica en su capacidad para enriquecer los KPIs, transformándolos en herramientas más precisas y estratégicas. Así, gracias a sus capacidades predictivas y prescriptivas, la IA permitirá que estos indicadores describan mejor las situaciones, anticipen comportamientos y recomienden acciones óptimas para la organización.