8. La pirámide corporativa se desvanece

En sintonía con el escenario anterior, es posible visualizar un futuro en el que, al igual que ocurre con la población general, la pirámide corporativa -donde tradicionalmente había muchos jóvenes en la base y pocos trabajadores mayores en la cima- se diluye. 

Este fenómeno se produce por la dificultad para atraer talento joven dispuesto a iniciar carreras corporativas, sumado al creciente envejecimiento y longevidad de la población. Como consecuencia de esto último, un número cada vez mayor de adultos sobre los 65 años opta por mantenerse activos y continuar trabajando, lo que altera el flujo natural de renovación dentro de las organizaciones. Esto da lugar a un escenario en el que la estructura tradicional de la carrera corporativa se ha desintegrado por completo. Por un lado, la cúspide de la pirámide ya no se estrecha como antes, pues muchos profesionales mayores de 60 años siguen en la organización, limitando el avance de nuevas generaciones. Al mismo tiempo, la base de la pirámide se ha debilitado debido a la menor disposición de los jóvenes a incorporarse al mundo corporativo.

Este escenario plantea importantes desafíos para las empresas: diseñar nuevas estrategias de retención para profesionales senior, ofrecer trayectorias laborales flexibles para jóvenes y replantear los sistemas tradicionales de liderazgo y promoción interna. Además, este escenario subraya la importancia de implementar programas de reentrenamiento y actualización de habilidades  para los trabajadores mayores. Al proporcionar oportunidades de aprendizaje continuo, las empresas pueden asegurar que estos colaboradores se mantengan productivos y comprometidos, adaptándose eficazmente a las nuevas demandas del mercado laboral.