La tercera tendencia significativa -ahora vinculada con el driver de transformación demográfica– es la disminución de la participación juvenil en el mercado laboral. Aunque tras la pandemia se observó una leve recuperación, la tendencia general apunta a una menor disponibilidad de jóvenes para el trabajo. Este fenómeno ha sido identificado por la Organización Internacional del Trabajo como una de las transformaciones más relevantes en la dinámica del empleo global (Organización Internacional del Trabajo, 2024).
La caída del empleo joven está generando importantes desafíos para las organizaciones, especialmente en la búsqueda de ciertos perfiles laborales. Se está evidenciando un desajuste entre las habilidades que predominan en la fuerza laboral disponible y aquellas que las empresas requieren, lo que contribuye a una creciente escasez de talentos en sectores específicos (PwC, 2024).
El siguiente gráfico ilustra esta tendencia de forma clara, evidenciando la notable disminución en la proporción de trabajadores jóvenes.
Esta tendencia está obligando a las organizaciones a redoblar sus esfuerzos en la capacitación de sus equipos, así como a replantear sus estrategias de atracción de talento para mitigar la falta de jóvenes con habilidades clave.