
Podemos imaginar otro escenario donde los vínculos comerciales siguen siendo gestionados por trabajadores humanos, pero ahora en mundos completamente virtuales. En este contexto, la mayoría de las interacciones humanas ocurren en entornos digitales inmersivos, que podemos denominar “metaverso”.
En este escenario, nuevas herramientas facilitan la colaboración en estos espacios virtuales. Plataformas similares al actual Spacecreator permiten a los usuarios construir espacios virtuales personalizados, integrando herramientas de comunicación y trabajo en equipo.
Así, el mercado laboral se convierte en verdaderamente global, ya que las interacciones en el metaverso permiten a las personas trabajar desde cualquier lugar del mundo sin restricciones geográficas.
Además, la utilización de avatares -representaciones digitales personalizables de los usuarios- otorga a las personas la capacidad de interactuar en estos entornos virtuales sin revelar su identidad real. Esta característica ofrece un alto grado de privacidad, permitiendo que los empleados elijan cómo presentarse, lo que puede incluir aspectos como género, apariencia física y otros atributos. Esta flexibilidad en la autoexpresión tiene implicaciones significativas para las políticas de DEI de las organizaciones. Al permitir que cada persona muestre la «cara» que desee, se promueve -potencialmente- un entorno más inclusivo.
Plazo:
- LARGO 100%
Potencialidad:

Impacto:
Disruptivo
Fuente causal