
Existe un escenario en el que la inteligencia artificial reemplaza a científicos e ingenieros en la labor de investigación y desarrollo.
Ya en la actualidad, se han ido acumulando casos -a una velocidad creciente- de descubrimientos realizados con el uso de inteligencia artificial. Por poner sólo algunos ejemplos, investigadores de la Universidad de Toronto utilizaron IA para crear nanoláminas de carbono ultrarresistentes, dando como resultado un material tan resistente como el acero, pero tan liviano como la espuma de poliestireno. El uso de la IA fue clave para optimizar las propiedades del material a nivel molecular, de un modo que los seres humanos no podrían haber conseguido (Serles et al, 2025).
Estos avances se verán potenciados en los próximos años por el desarrollo de la computación cuántica, haciendo este escenario aún más probable. Como muestra de ello, recientemente diversas empresas líderes en esta tecnología han presentado chips cuánticos innovadores, como el Majorana 1 de Microsoft, que prometen resolver problemas complejos en años en lugar de décadas. Esta capacidad de procesamiento acelerará significativamente los proyectos de I+D, permitiendo simulaciones y análisis que antes eran inalcanzables.
En este escenario, de no mediar dificultades extremas, los descubrimientos científicos y el desarrollo tecnológico se acelerarán, y con ello, el crecimiento económico también lo hará. Algunas investigaciones estiman que el desarrollo de la computación cuántica podría sumar 2 billones de dólares a la economía mundial para 2035 (McKinsey, 2024), mientras que la IA generativa tiene el potencial de sumar hasta 7 billones de dólares durante un período de 10 años (Goldman Sachs, 2023). Esto supondría un escenario positivo para las empresas y un contexto muy favorable para el crecimiento de las organizaciones.
Plazo:
- MEDIO 50%
Potencialidad:

Impacto:
Incremental
Fuente causal