2. Intensificación de efectos del cambio climático en las organizaciones

Otra tendencia importante, relacionada al mismo driver de cambio climático, es el aumento en la frecuencia y gravedad de los desastres naturales. Fenómenos como olas de calor, sequías, tifones y huracanes están causando destrucción masiva en diversas regiones del mundo, afectando tanto a comunidades locales como a la infraestructura crítica de las empresas (ONU, 2020).

Las repercusiones económicas y operativas son significativas. Las empresas se están viendo obligadas a invertir en medidas de adaptación que van desde el rediseño de infraestructuras hasta la diversificación de sus cadenas de suministro, con el fin de mitigar las interrupciones provocadas por fenómenos climáticos extremos. Estos esfuerzos implican un considerable aumento en los costos operativos, así como mayores dificultades para obtener recursos clave en sectores como la agricultura, la energía y el transporte.

Para ilustrar esta tendencia, el siguiente gráfico muestra un ejemplo específico en Estados Unidos, donde se observa un notable incremento en la cantidad de desastres naturales (barras celestes) y en el costo económico asociado a estos (línea rosada), reflejando el impacto que estos eventos pueden tener a nivel global.

Esta problemática también está generando oportunidades de innovación. Ha surgido una nueva industria enfocada en el desarrollo de tecnologías para combatir el cambio climático, conocida como «climate tech». Estas soluciones incluyen desde sistemas avanzados de monitoreo ambiental hasta nuevas herramientas para la gestión eficiente de recursos naturales y la reducción de emisiones contaminantes (PwC, 2024).

Por otro lado, la protección frente al cambio climático también se está posicionando como un beneficio valorado por los empleados. Cada vez más trabajadores demandan que sus empresas adopten políticas ambientales responsables, y muchas organizaciones están integrando medidas ecológicas como parte de sus beneficios laborales.