Este es el primero de los siete escenarios que abordan específicamente el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral. En este escenario, la IA no reemplaza al trabajador, sino que complementa su labor, convirtiéndose en una herramienta fundamental (Korinek & Suh, 2024). Así, la inteligencia artificial se ha integrado en toda la cadena de valor empresarial y se ha extendido a prácticamente todas las industrias y funciones laborales, convirtiéndose en una herramienta indispensable. 

Ya no quedan áreas dentro de las empresas donde la IA no esté presente. No solo ha automatizado tareas rutinarias y operativas, sino que también ha asumido funciones cognitivas avanzadas, como el análisis de datos, la generación de contenido y la toma de decisiones estratégicas. En efecto, casi ningún trabajador opera sin la asistencia directa de la IA.

Esta transformación ha impulsado un aumento significativo en la productividad de la mayoría de los sectores. Como resultado, la economía ha experimentado un crecimiento acelerado, y las empresas de todos los rubros han visto multiplicarse su capacidad de generar bienes y servicios sin necesidad de expandir proporcionalmente su fuerza laboral.