13. El florecimiento de lo humano

Es posible imaginar un escenario adicional que pone el foco en un aspecto complementario al anterior. Una reducción extrema de la jornada laboral no solo implicaría una reorganización dentro de las organizaciones, sino que también transformaría para siempre la forma en que las personas significan el trabajo en sus vidas. 

En este sentido podemos visualizar un nuevo escenario en el cual el trabajo -que antes era el eje central de la identidad personal y social- ahora ha pasado a ser solo una parte más de la vida. En este futuro, con más tiempo libre, las personas han redescubierto intereses, desarrollado nuevas habilidades y fortalecido sus vínculos personales y comunitarios. El ocio, antes visto como improductivo, ahora se valora como un espacio legítimo de crecimiento y bienestar (Tecnológico de Monterrey, 2024).

En este contexto, las empresas enfrentan un desafío inesperado: motivar a trabajadores que ya no encuentran en el empleo su principal fuente de propósito. Muchas personas experimentan en este escenario una plenitud personal que antes estaba reservada para la jubilación o los escasos momentos de ocio. Viajan, crean arte, profundizan en sus relaciones y exploran nuevas disciplinas sin que su desarrollo dependa de una trayectoria laboral ascendente. Así, en este escenario donde la vida fuera del trabajo resulta más atractiva que nunca, la pregunta central para las empresas ya no es solo cómo hacer más eficiente el trabajo, sino cómo lograr que trabajar siga teniendo sentido.