La primera tendencia que se destaca está relacionada con el primer driver: Cambio Climático. Las empresas están reconociendo, cada vez más, los riesgos y oportunidades asociados al impacto ambiental de sus propias actividades. Esto ha llevado a que en los últimos años muchas compañías fijen objetivos específicos para abordar su impacto sobre el agua, la biodiversidad, los bosques y otras dimensiones de la naturaleza (McKinsey, 2024).
Este enfoque no solo responde a presiones regulatorias o a demandas del mercado, sino que también refleja un cambio en la mentalidad empresarial. Según una encuesta realizada por Deloitte, el 75% de los ejecutivos afirmó que sus empresas han aumentado sus inversiones en sostenibilidad, mientras que un 20% señaló que dicho incremento ha sido significativo (Deloitte, 2023).
El siguiente gráfico ilustra esta evolución reciente: muestra la proporción de empresas que miden su impacto ambiental (en celeste) y aquellas que además establecen metas concretas al respecto (en azul oscuro). En aspectos como la biodiversidad, el consumo de agua y el impacto en los bosques, se observa una clara tendencia al alza en la adopción de estas prácticas. En cuanto a la emisión de carbono, la proporción sigue siendo alta.

Fuente: McKinsey, 2024
Importante es agregar que, en muchos casos, son los propios colaboradores quienes impulsan estos cambios, demandando mayor responsabilidad ambiental por parte de sus organizaciones. Como respuesta, las empresas están adoptando medidas concretas para reducir su huella de carbono e implementar prácticas más sostenibles (Horton International, 2024).
Un ejemplo destacado del compromiso empresarial con la sostenibilidad en Chile es la iniciativa «Empresas Sumando Valor«. Esta plataforma colaborativa, desarrollada por SOFOFA y otras entidades, tiene como objetivo visibilizar y fomentar el aporte del sector privado a la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. A través de esta iniciativa, diversas empresas chilenas han implementado prácticas sostenibles, demostrando un compromiso activo con la responsabilidad ambiental y social.