El proyecto integró la construcción de 35 escenarios futuros que, sin pretender predecir el porvenir, permiten ampliar la mirada estratégica sobre los posibles caminos que podría tomar el mundo laboral. Estos escenarios se construyen sobre drivers, tendencias y evidencia empírica, y se clasifican según tres dimensiones: plazo (corto de 1 a 5 años;  medio de 5 a 10 años y largo de 10 a 20 años), potencialidad (probable, plausible, posible, prepóstero) e impacto (incremental, con cambios graduales dentro de los parámetros existentes;  disruptivo, que provocan alteraciones radicales en las reglas del mercado; y, transformacional, que reconfiguran por completo los sistemas socioeconómicos, alterando no solo la estructura del mercado, sino también los conceptos culturales y organizacionales). La intención es guiar a los tomadores de decisiones hacia una planificación más flexible, informada y preparada para la incertidumbre.